6.7.10

Se terminó mi experiencia erasmus y este blog junto a muchas otras cosas. Empezarán otras nuevas, es tiempo de cambio...



Hacía mi maleta y tenía miedo. Tenía curiosidad. Tenía ganas.
¿Qué iba a pasar mañana? ¿Y la semana que viene? ¿Que iba a ser de mi en un año?
Me iba de erasmus.

El 1 de septiembre del 2009 estaba preparando mi maleta sin todavía asimilar que me iba al día siguiente a vivir diez meses a París. Una nube de entusiasmo eléctrico anulaba mi sentido común, que habitualmente me alertaría de que no tenía piso, de que no sabía apenas francés y de que en general iba a ciegas. Al final logré meter una pequeña parte de mi vida en 20kg de peso y me fui volando a la ciudad de las luces.
No se qué esperaba, pero el piso llegó tras varios duros días de búsqueda intensiva. Los parisinos se mostraban reticentes a dar sus bienes a los pobres inmigrantes del sur, ¡y menos aún si eran unos vagos estudiantes! Al cabo de una semana, un golpe de suerte nos asentó a mi novia y a mi en la Rue Madame, al lado de los geniales Jardines de Luxemburgo. Bonito y pequeño piso au rez de chaussée que tras un pequeño apaño para hacerlo mas acogedor, se convirtió en nuestra casa.
Ahora tocaba aclimatarse, saber cómo funcionaba esa compleja burocracia, los bancos, la universidad, los pagos, el idioma, la cultura, el transporte... Teníamos que convertirnos en habitantes de París.

Me resulta imposible intentar escribir sobre lo que sigue a partir de ahora. Ha sido una experiencia tan rica, profunda y llena de matices que cualquier intento de expresarlo sería quedarse corto. Intentar explicar todo lo que he vivido con palabras no es mas que simplificarlo para hacerlo entendible a todos, porque sencillamente no se puede entender a no ser que se haya experimentado.
Poco a poco he ido conociendo la ciudad, desde sus anchas avenidas hasta sus profundas catacumbas. He ido aprendiendo de la gente y de la cultura; les bobos, les clochards, les rakail, les cataphiles et les mecs... He descubierto gente fantástica que me ha regalado un pequeño trocito de su forma de ser y que no olvidaré nunca. Personas encantadoras que me han hecho ser mejor persona.

Mucha gente se piensa que irse de erasmus es irse a una fiesta de varios meses. Supongo que depende de lo que vayas buscando, para algunos tal vez lo sea, pero en realidad es mucho más. Yo no he salido todos los días de la semana. Tampoco me he vuelto un libertino sexual ni he dejado de ir a clase. No me he pasado todo el día borracho. Y ha sido la experiencia mas grata y enriquecedora de mi vida. En estos meses he aprendido de mi mismo más de lo que jamás podría haber imaginado. He crecido por dentro y me he dado cuenta de que aún me queda mucho por crecer.

Parece que fue ayer cuando estaba llegando en avión a una ciudad que apenas conocía. Y ahora estoy escribiendo esto un mes antes de que termine todo, lamentándome de que no dure más, y agradeciendo profundamente todo lo que he vivido en lo que será a partir de ahora mi segunda casa. Sé que volveré. Y sé que la gente que he conocido estará siempre conmigo. Como sabiamente dijo Hemingway, “If you are lucky enough to have lived in Paris as a young man, then wherever you go for the rest of your life, it stays with you, for Paris is a moveable feast.”



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